martes, 10 de julio de 2007

¡Viva la moernidaz!

A mi amigo se le estropeó el ordenador un sábado a primera hora y tras revisar pacientemente las tripas del aparato, llegó a la conclusión de que el modem había pasado a mejor vida (más o menos). Puesto en contacto con la compañía X, suministradora de su conexión, mediante un 902, comienzó su 'Odisea en Internet. Opus 21. Ma non troppo'.

Dicen desde las asociaciones de Consumidores que las compañías de la cosa toman el pelo a sus subordinados/clientes y se ríen por lo bajini de que NADIE (ya saben a quien me refiero) haga nada porque el desaguisado quede en simple guisado. Cobran a millón por conexiones horrendas y encima nos vacilan con la publicidad, engañosa tras revisión realizada por FACUA.

Cuestiones similares suceden en estas tierras porque habitualmente jugamos a la improvisación y nos recetamos bandas anchas de Internet que en otros paises sonrojarían al ministro del ramo. Amén de la citada y sempiterna improvisación, encima permitimos que los cuatro menguados de costumbre metan mano en la historieta y se forren en aras de una sociedad de la información, de la electrificación y del despelote. ¿Resultado?: todo el mundo hablando por teléfono en plena calle como si nunca lo hubiese hecho; juegos y más juegos en la play; miles de canales en las teles de plasma para descerebrarnos un poco más y arrincone masivo de enciclopedias, libros de consulta y archivos personales en aras de la ciencia de Google, que ha venido a sustituir a la anterior del crucigrama. Fetén que diría un castizo.

La 'odisea' ya se la imaginan: número de incidencia, DNI, nombre, distrito postal, narración sucinta de la avería ¡AL MENOS EN TRES OCASIONES!... y tras 72 horas y un considerable gasto de teléfono... rien de rien, o sea, que todo sigue igual.

Mi amigo ha dicho que se acercaría, hacha en mano, a una OMIC donde... otra vez los datos, causas, porqués y unas 'juanolas' para la tos. Una bendición.

Conclusión (por ahora): me encanta vivir en un país en el que los obispos llaman a la insumisión, chalados varios queman los bosques, pícaros de toda laya urbanizan en parques naturales y políticos inanes ven pasar la fiesta desde un ático de 200 m.

Esto no ha hecho más que empezar, palabra

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