El cacareado 'debate sobre el estado de la nación' (o lo que sea) que se acaba de celebrar, me ha parecido, más que un ejercicio boxístico, mal llamado combate, bautizado así por algunos prosistas de cámara, me ha parecido, insisto, un fiel reflejo del famoso cuadro de Goya, ese en que dos gigantes con los pies hundidos en la tierra se dan de garrotazos.
El señor Rajoy (Pajoy para sus adláteres) con el garrote de ETA y no recuerdo nada más y el señor R. Zapatero, a sus zapatos, pero con otro garrote por lo de las apariencias. Y tú más, pumba, catapumba, garrotazo va, garrotazo viene... Y de repente, tata, gugu, un infante (no real)chupete en ristre preguntando que dónde tiene que ir a cobrar su mamá los dos mil quinientos del ala.
Más garrotazos, pumba, pumba, catapumba...
Vuelve mañana pequeño, que estamos muy ocupados transformándote el país (o lo que sea)para que te acuerdes de nosotros cuando seas mayor.
Pumba, pumba...
(Cae el telón)
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