Es cierto que a veces se piensa que nada te va a asombrar ni a hacer perder el oremus, pero me había dejado colgado no se sabe donde el estupor. La estupefacción tiene incluso connotaciones médicas y, de todos modos, es aplicable al asunto que viene a continuación.
Una señora llamada Curri Valenzuela, periodista en sus ratos libres, ha tenido la magnífica idea de escribir un tomo titulado '100 personajes que hunden España' donde la citada se despacha a gusto con los tales cien que, me niego a recoger aquí; es más, me niego a nombrar a ninguno, salvo mi primo Sabina, boquita de primor que, tanto en Tele-Espe como en los Interviuses, se ha despachado como de costumbre.
No voy a calificar a esta señora de modo alguno, porque no quiero perder el tiempo y, además, cada uno es muy dueño (ver Constitución y libertad de expresión), Pero si me voy a permitir, con el permiso de Joaquín Sabina, incluir en este modesto blog el soneto por él dedicado a tan insigne personaje de la España que se hunde.
"(Que pierde, cuando muerde, la txapela)"
Dizque pergeño ripios Valenzuela
Curri de curro vil, cursi beata,
telepasquín, gallina caponata,
adoratriz de Aznar, Rouco Varela.
Triste como un drogota sin papela
lerda como unas bragas de hojalata,
torva como un andamio sin bocata,
rancia como el sobaco de mi abuela.
Iletrada, follona, malandrina,
pobre de mí, tumor de las Españas,
confeso de insolvencias nacionales.
¿Qué culpa tengo yo, doña ursulina,
si en tu pubis, anidan telarañas,
feas, católicas, sentimentales?".
Gracias, Joaquín y besos al Nano. Y también a Interviu, faltaría más.
viernes, 13 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)


No hay comentarios:
Publicar un comentario