Sostiene, para empezar, una cartera repleta de billetes a costa de la caterva de 'primos' que se han puesto a sus órdenes para encontrar las famosas siete maravillas del mundo mundial. Entiéndase por tales quienes han pagado por votar y en menor grado televisiones y medios varios del orbe que han secundado la astracanada.
De las conocidas como 'siete maravillas de la Antigüedad', peregrina nominación que ha persistido varios milenios, tan solo queda en pie la pirámide de Jnum-Jufu (Listas Reales de Abydos y Saqqara), el faraón Keops para los griegos. De las restantes, nada e incluso se duda de la existencia de alguna de ellas (Jardines de Semíramis en Babilonia). Pero quédense tranquilos que les evitamos acudir a Google: Mausoleo de Halicarnaso, Faro de Alejandría, Coloso de Rodas, Júpiter Olímpico (estatua criselefantina tallada por Fidias) y Templo de Artemisa en Éfeso.
El invento del señor Weber, millonario y conocido filántropo , ha dado como resultado la elección de una 'primera dama' llamada Gran Muralla China, en el transcurso del conocido concurso 'Lo toma o lo deja', en tierras lisboetas y... ¡tutti contenti!.
De donde se deduce que Weber es a maravilla moderna lo que Al Gore a cambio climático. Montamos un lio en todo el orbe conocido a base de concurso o live earth y ya podemos exigir que nos erijan una estatua.
La tomadura de pelo ha calado incluso en Granada donde se han mosqueado de largo al no estar entre las siete la Alhambra, lo que maldita falta que hace dados los dos millones de turistas que la visitan cada año y no les cuento las barrabasadas que llevan a cabo algunos...
Es posible que en otro momento les narre algo sobre la muralla de Mao...
lunes, 9 de julio de 2007
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