lunes, 5 de noviembre de 2007

Glorias mil con ajo y perejil ...



Allium sativum, Petroselinum crispum, sal y... un mortero, o almirez... ya verán qué magnificencia preparan para añadirlo a algún guisito, arroz, carne, pescado ... ah, y no se olviden del all-i-oli, convertido en alioli por la gracia de dios... si, el ajoblanco malagueño también resulta excelente.

Bien, si son tan delicados que el olor a ajo les molesta o consideran que molesta a los demás, quizás un traguito de finas hierbas, orujo o un malta pueda calmar su ansiedad, mas no me negarán que ajo y perejil son ingredientes básicos de la cocina de aquí, mezcla de árabe, judía y algunos otros pueblos que por aquí pernoctaron.

Y miren por cuanto y sin querer, me estoy acordando de la isla de Perejil y de aquellos comandos del ilustre anglófilo Trillo que, con denuedo y probado valor se enredaron a perseguir cabras por entre los riscos, mientras el viento de levante soplaba, ora a estribor, ora a babor, ora et labora (Escrivá).

De Perejil a Melilla que me voy, la Rusadir fenicia que en 1479 ocuparon Pedro de Estopiñán y Francisco Ramírez de Madrid, por orden directa del duque de Medina Sidonia. Por cierto que en 1859, el rey de Marruecos reconoce a Melilla la soberanía de su territorio próximo. Díganme por tanto, de no ser uno de los famosos globos marroquís, de que manga se sacan que les ultrajamos muy ultrajados porque pisamos 'su' territorio.

Y de oca a oca ... Ceuta donde fenicios, cartagineses, vándalos, visigodos, bizantinos, árabes o portugueses, amén de otras gentes de mal vivir, pusieron sus reales. En 1668 un tratado con Portugal reconoce la soberanía española de Ceuta. O sea más de lo mismo: otro globo del monarca alauita y sus mariachis. Por cierto y a modo de sugerencia: parece que el nombre de esta ciudad española proviene del latín 'septem fratres' (nombre dado a los siete montes de la región por los romanos) y de ahí, por corrupción idiomática: septa, ceita, ceupta. Ceuta.

En fin, que entendiendo lo supraescrito cuasi como dogma de fe, histórico, claro, mandemos sin consideraciones a este pequeño sátrapa norteafricano a hacer puñetas y congratulémonos de la real visita; eso, sin pasarse que hemos tenido que importar paños de los Países Bajos para hacer banderas.

Ahora, sine animus molestandi, he aquí un ezbozo del siguiente post, el de mañana, con algunos ejes de abcisas y otros de coordenadas tan interesantes como los que se señalan a continuación:

  • Olivenza
  • Gibraltar
  • Condado de Treviño
Recordaremos por tanto la guerra de las naranjas, la de Sucesión, los Protectorados (francés y español), el Imperio Colonial, Sidi Ifni y la RADS.

No va a ser todo perorar sobre las españolidades de las plazas de soberanía norteafricanas, sino que nos parece conveniente tirar un poco de archivo sobre los temas apuntados, que ya nadie se quiere acordar de algunas trapacerías... quizás es que con cuestiones políticamente incorrectas, pero, créanme, no más que el Concordato con la Santa Sede. Ya verán como no.

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